Se que ha cesado el ruido
en el campanario, ¡escapé!,
y espero ver el sol, a la salida.
¡No son negras las flores!
Las flores bailan con la luz de la mañana
y se van con el atardecer
y su mágico romance.
Quisiera un poco de paz,
sin tanta pena en el coro.
Quisiera voces que pudieran brillar
sin hacer llorar a las estrellas.
¡Quiero música en el corazón
de la noche!, no pedí silencio
no entendí, y no puedo entenderlo ahora.
En qué lugar del mundo
se escondió el amor, ese amor
que se apresuraba en llegar a casa
y con besos y abrazos se alimentaba.
Quisiera saber adónde descansan
los sueños ahora.
Por qué no encuentro
las señales del camino
creí que el mundo
sería mi mejor amigo.
Voy a mirar por la ventana
cómo el mundo sigue su rumbo.
Si gira o no, las manijas del reloj
y cuanto miedo se llevó
el tiempo en sus zapatos.
Cuántas ausencias dejaron sobre la mesa,
si brotan rios de pasión y locura.
Y si hay nudos sueltos
en los bagones del tren.
Tal vez el mundo se rie de mí
y se burla de todo
los que miran por su ventana.
¡vamos!, el mundo sube y baja
la temperatura del alma.
Quizás pueda devolverme la vida
el amor y la familia.
¡vamos!, le daré un voto de confianza
al mundo.
Quizás deba volver a mirar
por la ventana, para saber
si alguna deuda moral
sacó al mundo del camino.
¡Vamos, hagámos las pases,
tal vez el mundo, nos necesita!.
mbf@vicsof 77211254.
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