Cómo somos ahora.

Soy licenciada en educación de profesión con un gran amor por las artes gráficas. Estudios que reafirmaron mis convicciones de adolescente rebelde y con una causa justa en la que manifestaba un rechazo absoluto a la imitación y a la imposición de estilos e ideologías y tendencias ajenas o foráneas. Y fueron esas convicciones sostenidas en el tiempo las que me llevaron a apasionarme por el periodismo gráfico donde pasé 25 años de mi vida ejerciendo para diferentes medios de comunicación de mi país.

Mi vida se saturó y sucumbió frente a los excesos y decesos encontrados en los distintos escenarios por los que me correspondió transitar durante los recorridos que por largos años realice por comunidades, ciudades, barriadas, centros hospitalarios, cuerpos policiales y entes gubernamentales. Registrando historias, investigando, atando cabos, construyendo hipótesis, desatando conflictos, confusiones, y buscando respuestas para las interrogantes que quedaban sin responder. Indagando, observando diariamente el comportamiento de las personas, grupos, multitudes, hechos y acontecimientos, donde el problema social, político o económico, empañaban otros aspectos importantes en la vida.

Experiencias que me colocaron en medio de un campo minado de acciones, reacciones implícitas dentro del hecho periodístico. Hoy a mi retiro, veo el lado positivo de mis experiencias y debo decir que fortalecieron mis convicciones, y es que sin temor a equivocarme, la conducta humana era, es y ha sido siempre el plato favorito de los medios de comunicación, ahora complementada con la velocidad que le imprime el Internet al acontecer humano y su contexto que fluye al desnudo y en vivo por las redes sociales. Y eso es estadisticamente hablando, demasiada información,  y no dudo en pensar, por un momento que ha sobrepasado en número a la población humana del mundo entero.   

No intento aplicar en este blogs los numerosos resultados de mis estudios, pero si expresarme de forma libre y sencilla, sobre el cómo somos ahora, cómo andamos y nos comportamos frente a los hechos y aconteceres del mundo que nos rodea. Intento con ello, tal vez liberarme también de imposiciones de redacción y estilo, formas y tiempos, de reglas y otras tantas exigencias que de forma constante se nos imponen cuando escribimos para medios impresos. Y solo quiero, sentirme libre de escribir lo que siento y como lo siento.

                                                                                    Muchas, gracias.