lunes, 27 de abril de 2020

AL AZAR.


I

Tengo el ojo del mundo,
 perdido en los justanes del diablo,
 lo veo, escondido en las piedras
 y en las aguas del río,
 testigo del odio
  y el miedo en su nido.

II

Lo veo todo,
 elevado a su paso 
y su andar peregrino es filoso,
 temido y sentido, lo llevo aquí,
 en mis entrañas, lamiendo los besos del alba traidora,
sin suspiros, ni alientos fecundos, 
ambiguos, perversos y heridos.

III

Lo veo todo, 
arriba y abajo
insaciables y al reverso
 océanos y manantiales
con bajas de honor y falsos jinetes,
 con balas de horror y valles silentes.

IV
Lo veo todo, 
en las faldas del niño,
en los largos caminos del sigilo,
donde se abrazan las orillas del mal
 el credo, la espada y el lienzo
donde rayos y truenos caen
afilando sus dientes, mezquinos 
 avaros y dementes.   

VI

Lo veo todo, 
risas y carcajadas, 
y en los vaivenes de la ira, 
las grandes porciones del ego,
hirviendo en la estufa,
 sazonando caprichos, pasiones y dudas,
 mientras furiosos se devoran,
 las fresas de la despensa

V
Los veo a todos,
buscado el por qué, en sus corbatas brilla,
 la tirantez de un apellido, que tallando va,
 sobre el débil cristal de sus bufandas,
el drama de un presente que trenza con furia, 
las crinejas del limbo, y doblando la esquina,
el pasado dibujala estocada 
de un final, al azar. 


27420-736

jueves, 23 de abril de 2020

¡Da, lo mismo!




I
¡Da, lo mismo!
El hombre que no quiere hallarse a sí mismo,
que no quiere verse en el ojo sangrante, de su abismo
¡da, lo mismo!, que desnude al viento, o bese con pasión sus mares, 
si el grito arcaico de los años, sin amor, habita su horizonte,
y la mirada gallarda sobre´sus días avanza,
descalza y vacía.

II
¡Da, lo mismo!
Nidos, noches y jaurías, que ante todo asombro, 
se levantan, mientras en duelo va, cubriendo su gracia, su frente
 y sus manos inertes, sin que el tiempo lo sepa,
y nada falta, ¡no hace falta!.

III
¡Da, lo mismo! 
Su estancia y sus tronos 
porque nada quiere el tiempo de sus pasos
y nada, de los cielos que arrebatan.

IV
¡Da, lo mismo!
La criada y su corona,
si es esclava o motilona, ¡da, lo mismo!,
porque espinas lleva el clero en sus sotanas,
y pesadas las campanas,  que sostienen sus espaldas,
y frágil es, la cordura de su lengua,
 su casa y su faena.

V
¡Da, lo mismo! 
Abolengos, sendas y caminos,
dinero, estancias y pergaminos, 
si heridas tiene, tu suelo infinito, y finitas, las grietas,
 en la herencia de tus hijos.

VI
¡Da, lo mismo!
Si brechas y faroles hay, si falda o pantalones llevas, 
si hay nubes de sal cubriendo salones, fiestas y almohadones,
y en la mesa de tus nobles, fusiles y granadas, hay.

V
¡Da, lo mismo!
Fosas, cajas, fuego, agua o ciclos,
¡Da, lo mismo!, como acabe, en guerra, o en paz, la treta,
la tregua o la tramoya, si en nombre del padre, del pan o del hijo,
que continente alcance, ¡da, lo mismo!,
 si de los sauces es, el aire que respiro,
del hombre, el ruido, en mis oídos.

VI
¡Da, lo mismo!
Si vives, o finges tu muerte,
si quieres vivir, o has vivido queriendo,
si duermes, lloras, o has reído, si amas, perdonas o has odiado,
¡da, lo mismo!, cuando eres piel, sangre y huesos,
tierra, mar y cielos, si el precio de tu vida es,
un centavo de dolar, ¡da, lo mismo!, 
y tu sepelio, nada, importa.

                                                                          mbf@vicsof
                                                                         23420100PM
                                                                      
 

 
  

viernes, 17 de abril de 2020

Corona en Vilo.





¡A esta hora!
 Vivo en las secas orillas del paisaje, que me ha dibujado el alba, 
mientras tomo un café sin aromas y miro por la ventana a un arcoíris,
que palidecido, se levanta a tus espaldas.

II
¡A esta hora!
Las riberas desoladas dejan un extraño cuadro de expectación en la arena,
haciendo de mis días, una larga espera, y no sé de que se trata la treta,
pero triste se ha tornado el panorama, playas, sol y tierra, se sublevan,
mientras las costas, el caribe y el song de las montañas, tiemblan.

III
¡A esta hora! 
Se bebieron el azul del cielo y bajaron el infierno a la tierra
¡Así viven los muertos, o es una trampa! Ellos, tocaron a la puerta
y trajeron del mundo sus miserias y nada los detiene.

IV
¡A esta hora!
Parece que los pájaros, alzaron su vuelo 
y se llevaron el ego entre sollozos y arrepentimientos,
pero nada es lo que parece, entre charlas de alcobas y madrigueras ratas y conejillos hay, 
y juntos van, porque nada es, un laberinto una guerra, un virus o una pandemia. 

 V 
¡A esta hora!
Aquí o allá y donde quieras, en mala hora, la plaga se dispersa,
y enjaulado te quedas con las gafas puestas,
sin saber a qué hora termina y si con vida regresas sin saña y sin penas, 
sobre las blancas alas de una gaviota o si te vas, sobre las sombras funestas
de un ataúd sin alabanzas y sin querencias.

 VI
 ¡A esta hora!
Mentiras dijeron y Enero y sus lunas, se fueron,
mientras Febrero, abandonaba su cuna ligero y Marzo dejaba todo en penumbras, 
porque tú conciencia flagrante lamía, los verdes senderos que te miran pasar,
sin reparar en la agudeza de sus males, porque Abril y Mayo, no cuentan la historia 
y Julio tropieza sin lacerar su apariencia. 

VII
Mientras tanto, Agosto, paciente llega,
¡a ésta hora!, contando que, Septiembre pasa, de Octubre a Noviembre en Vilo, 
y que sólo a Diciembre alcanza, de aquí o de allá, un poco de esperanza
para que sábanas blancas cubran, rostros, morgues y vilezas y el ruido del viajero,
drague las heridas del núcleo,  el pan, el vino, la mesa y la iglesia.

17420

Poemas del Alma

Mariela Briceño Fuentes🦄 en Poemas del Alma

Presentado por Poemas del Almambf@vicsof